lunes, 18 de enero de 2016

The Hateful Eight (2015)

Cartel del film

El viernes se estrenó la octava película dirigida por Quentin Tarantino, Los Odiosos Ocho, donde el director norteamericano vuelve a hacer un western, después de que ya se introdujera en ese terreno con Django Desencadenado, en la que para mi abusaba algo de metraje, a pesar de ser una extraordinaria película. Pero aquí, vuelve a hacer su homenaje al spaguetti western, los géneros de serie B, además de cierta intriga, suspense e incluso thriller, además de tener ecos de films míticos como Río Bravo, por ejemplo. El ritmo del film cae en la parte central, por lo que la película en algunos pasajes debería reducirse en duración, lo que hubiera ganado en agilidad.


Para esta ocasión, Tarantino vuelve a reunir a varios actores que, digamos, son fetiche para él, como es el caso de Samuel L. Jackson, Kurt Russell con el que vuelve a contar después de Death Proof, Tim Roth al que vuelve a recuperar y uno de los actores con los que más contó en su primera época, el algo cascado Michael Madsen. Por otro lado Jennifer Jason Leigh, Bruce Dern, Walton Goggins y Channing Tatum completan el glorioso reparto, sin olvidar a Demian Bichir. 
Pero aquí el director reincide y abusa de manera increíble en hacer lo que le da la real gana, lo que provoca dos cosas, primero que el equilibrio que estaba en el filo en muchos de sus trabajos aquí se va al precipicio por momentos, y por otro lado siempre ha sido un maestro en dilatar los tiempos, y una cosa que antes era un punto fuerte aquí se atasca, resultando repetitiva y poco ingeniosa con respecto a películas anteriores, es decir no hay avance, a pesar de que sigue estando rodada de manera colosal, algo que sigue siendo un sello del autor. Por si fuera poco, la carnicería final es excesiva, aunque a decir verdad, es la mejor parte del film.


La historia se centra pocos años después de la Guerra de Secesión, donde una diligencia (guiño también a la mítica película de John Ford) va a toda velocidad por Wyoming. Los pasajeros son el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) a la que no duda en mantener firme, que intentan llegar al pueblo de Red Rock donde la entregará a la justicia por un suculento botín de 10000 dólares. Por el camino se encuentran a dos desconocidos, primero el Mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido también en cazarrecompensas de mala reputación y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado sureño que afirma ser el nuevo sheriff de Red Rock. Al aproximarse una ventisca, se refugian en la Mercería de Minnie, parada habitual de las diligencias en puerto de montaña. Allí se topan con cuatro rostros no habituales, Bob (Demian Bichir) con acento mexicano, Oswaldo Mobray (Tim Roth) el verdugo de Red Rock, el vaquero Joe Cage (Michael Madsen) y el general confederado Sanford Smithers (Bruce Dern). Mientras se refugian de la condenada tormenta en la mercería, los 8 viajeros descubren que llegar a Red Rock será complicado. 


Lo curioso, es que las películas de Tarantino tienen la capacidad de dejarte imágenes imborrables para siempre, y una de ellas es ese comienzo con la imagen de Jesús crucificado tallada en madera de Wyoming, sobre la que se imprimen los nombres del reparto coral, y nos anuncian una montaña rusa en la que Samuel L. Jackson, Kurt Russell y compañía van a disfrutar de momentos gloriosos. Pero es en la Mercería de Minnie, donde se cuece todo el bacalao del film y donde se encierran todas las claves del mismo. Allí se juntarán todos los estereotipos de un país como EEUU en la posguerra, cazarrecompensas que viven de eso, palurdos, cowboys, delincuentes de todas las razas y sexos, y una trastienda oculta importante.



En el plano actoral todos están tremendos, pero siento debilidad por Samuel L. Jackson que está soberbio, el propio Kurt Russell, Tim Roth y Walton Goggins, además de la soberbia interpretación de Bruce Dern, al que le tengo un cariño desde Nebraska tremendo.
Pero quizás el director de Pulp Fiction entre otras empiece a repetirse, y en meterse en un callejón sin salida, del que debería salir por su propio bien, para no encasillarse y volverse repetitivo, no es bueno mirarse tanto el ombligo.


Os dejo con el tráiler de los Odiosos Ocho, que es sin duda un reclamo fabuloso.

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