jueves, 21 de mayo de 2015

Mad Max: Fury Road (2015)

Cartel oficial

Muchas expectativas había por mi parte con este film, la cuarta entrega de Mad Max, y puedo asegurar que hay un antes y un después de haber visto esta obra maestra. Como reza uno de los carteles del film, y que está sacada de una frase de la película "Hoy va a ser un gran día" y tanto que lo fue, una noche inolvidable. George Miller ha conseguido que el público que asiste a ver su trabajo salga flipando en colores, descolocado, aturdido, pero con una sonrisa en la cara, como si hubieras asistido a un fiestón. Pero claro, no olvidemos una cosa fundamental, nos encontramos ante una película básica y visceral, que no sólo mantiene sino que eleva a la máxima potencia esas coordenadas referenciales de sus predecesoras, es decir, el apocalíptico y postnuclear futuro que nos presenta.
Australia es un país de locos geniales, pero el mejor de todos ellos es George Miller, que después de esto se puede morir tranquilo.


Fury Road, bajo un brillantísimo despliegue de desguace motorizado, tubos de escape tuneados, V8 que corren que se las pelan y demás, construye un entramado de personajes profundos, motivaciones con sentido y, sí, cosas para pensar, porque aquí hay de todo, feminismo, misoginia e intento de priorizar una estirpe, todo ello mezclado en una montaña rusa de sensaciones, escenas trepidantes que no dan descanso al espectador y una puesta en escena, que es tan abrumadora que sólo cabe aplaudir al director por su esfuerzo incansable en llevar adelante el proyecto (con todos los problemas que hubo en el rodaje).
Es importante explicar que la primera idea de resucitar la saga, le vino a Mr.Miller en 1998, paseando por Los Ángeles, cuyas autopistas son lo más parecido a zonas de Australia áridas. Más tarde pensó en presentar a los Salvajes de la autopista como dementes que persiguen personas en vez de gasolina (como si pasaba en la segunda), ese es precisamente uno de los signos identificativos de esta película, los recursos humanos prevalecen sobre otros en ese ambiente post-apocalíptico.

                                                          Tom Hardy & Charlize Theron

Max (Tom Hardy) está aquí al borde la locura, atormentado por los recuerdos de ese pasado turbulento que le persigue, pero su manera de sobrevivir es ir solo por el mundo, aunque pronto encuentra enemigos impacables que le utilizan como bolsa de sangre. Sin embargo, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un War Rig (trailer formado por una cisterna doble, más una cabeza tuneada que tira de él) conducido por una Emperatriz de élite, Furiosa (Charlize Theron). Escapan de una Ciudadela tiranizada por Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne), a quien han arrebatado algo irreemplazable, su sucesor. Desatado y enfurecido, Immortan Joe moviliza a todas sus bandas y decide emprender una persecución implacable a lo largo y ancho del desierto detrás de los rebeldes, donde se produce una guerra sin cuartel de altísimas revoluciones donde se producen momentos orgásmicos, que a mi particularmente me hicieron disfrutar como un niño con zapatos nuevos.



La esperanza y la desesperación están tan unidas que vida (o medias vidas, o tres cuartos) y muerte son prácticamente indistinguibles. El pensamiento constructivo se impone al destructivo en el desarrollo de los personajes, y no hay bobadas de que si el pensamiento femenino se impone al masculino y tal, a pesar de esa forma de pensar castradora y de estirpe maligna de Immortan Joe (cinturones de castidad incluídos). De hecho una de las características diferenciadoras con respecto a sus hermanas antiguas, es que aquí el protagonista principal no es Mad Max, que aunque sigue siendo imprescindible, cede el testigo a  Furiosa, interpretada por una brutal Charlize Theron que te magnetiza desde la primera escena, una actriz camaleónica que aquí alcanza cotas sublimes en una interpretación para la historia, con una penetrante mirada y detalles de diosa de la pantalla, una bestia dentro de la bella. Tom Hardy está primitivo, primario y heróico (no es bueno comparar con Mel Gibson, aunque sea inevitable) pero da la talla.


Aquí hay una magnífica dirección artística, una banda sonora que incluso está incorporada a la acción (brutal Junkie XL) y un sentido del humor, el espectáculo y la coreografía sobre ruedas verdaderamente despampanante, digna de comerse a bocados a cualquier producción de Hollywood de la actualidad. Estamos sin duda ante un film con tintes de serie B, que logra que todas las ideas ochenteras gloriosas sean transportadas y elevadas, con los medio actuales, a un nivel estratosférico.
Un frenesí, un exceso bárbaro, un no parar, un disfrute continuo, los cambios de tonalidades del día a la noche, la espectacular recreación de la tormenta de arena, la cuidadísima presentación de la cuidadela, los incontables tuneados de coches y megacohes... todo es grandioso. Ansiosos por llegar al Valhalla, los participantes de esta fantasía de sangre, gasolina y leche materna, llegan al éxtasis con frases para el recuerdo e imágenes visuales que no paran de sobrevolar mi cabeza.


Immortan Joe

Un derroche de clase en definitiva, un abuso, que ha dejado claro que quien quiera llegar a este nivel lo tiene muy difícil. Vayan al cine, solo hay que dejarse llevar y disfrutar, así de sencillo, el exceso es adictivo.

Os dejo con el trailer.

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